miércoles, 4 de febrero de 2009

Tratado sobre la incoherencia


Porque realmente creen conocerme.

Mientras viajaba en el Metro, comencé a pensar mucho en mi amiga, no en una amiga, en mi amiga de verdad, la única que ha sabido poner cemento en mis zapatos, que me ha dado latigazos y ha aplaudido mis virtudes...mis verdaderas virtudes. Entonces decidí escribirle a ella, un 9 de Septiembre del año 2008.

Treinta días recorriendo el reino de la basura. Un día de prostitución. Un experimento y tres desilusiones. He visto museos, una obra de teatro, un performance. He estado en medio del Arte, de aquello por lo que respiro.La extraño a ella, a su madre, a sus hermanos a Buddy, cuerpo, body... Añoro las noches sin sueño, los foros de prostitución a los que mi amiga asistía y de los cuales dudo que sean reales. Extraño los domingos aburridos cuando sin nada que hacer íbamos a TeCafé o el Yuan-Lin. Quiero oírla hablarme del sicario. Deseo que me hable de su primer orgasmo o que me haga callar porque solo hablo de sexo. También extraño el olor a amoníaco que los locos nos regalaban, si de esos pobres miserables que dirían que la Mona Lisa fue pintada por Picasso o que Grecia y Esparta eran una gran masa de ¿tierra?. Quiero comer croquetas de atún. Extraño seducir a mi amiga con resultados infructuosos. Hecho de menos esas conversaciones sobre el hombre que me gusta. Parece que fue ayer cuando ella decidió que sería Shrek la película que veríamos por el resto de nuestras vidas, yo objetaba diciendo que era mejor ver Laura en América y observar como humillaban a las pobres peruanas. ¿Qué de las botellas de vino que nos embriagaban y nos desvelaban entre libros de Kafka, de Humberto Eco, entre revistas Cosmopolitan y National Geographic? Las noches con Piel Divina eran muy divertidas, hasta creo que me enamoré de él ,más se que nunca me amará. Cigarrillos, vino, arte, sexo, calentamiento global, Indira, Kerly, al diablo todos, ¡te extraño Emily!