sábado, 31 de enero de 2009

Tan Banal como el Pop


Así me siento hoy. Mientras mi verguenza se diluye en una copa de vino blanco, mi inocencia se suprime en el teclado del ordenador y los ojos de la justicia se pasean y escudriñan minuiciosamente sobre mis atrocidades. Me juzgan, me torturan y dictan mi sentencia, yo sentado frente a mi amado jurado solo puedo agachar la cabeza y aceptar afablemente mi sentencia. Paradójicamente a mi estado de sentenciado hay días en los que me siento como juez y deseo enviar a todos mis "condenados" a la más pútrida e infectada celda infernal jamás elaborada, atarles grilletes oxidados a sus inclenques tobillos y darles de comer en el suelo, para que de ese modo se sientan más cerca del origen y del fin, porque es el suelo nuestra verdadera morada, nuestra matriz y tumba, cárcel perpetua y espacio liberador.

viernes, 23 de enero de 2009

El portal imaginario.


De todos modos no intento ser escritor, creo que gozo de la decencia (cualidad escasa en mi) de poder admitir que lo que escribo no es tan bueno como para ocupar un espacio en el estante de cualquier librería, esos en los que dejamos plasmadas huellas dactilares que luego serán selladas por otras, quizá las de un joven que acaba de masturbarse o la de una mujer que siente extremado ardor en su vagina...Admito ser imprudente a veces, egocéntrico, vanidoso, superficial, falaz, demagogo, insolente pero la inhumanidad, el odio y la frivolidad no son inherentes a mi calidad de humano. También admito que soy terco, inmaduro y malcriado ¿pero acaso la perfección sugiere la falta de errores? ¿no se alcanza la perfección a través de ellos?. Mi cerebro colapsó, pienso que escribo como niño de primaria y sin embargo eso no me averguenza, al contrario me hace sentir bien porque no quiero ser un imitador (no hago alusión a alguien) que en el fondo se siente inferior por no poder escribir como su ídolo, prefiero adoptar la posición (no del conformista) del que se siente a gusto con lo que hacen. Los portales de la ignorancia están abiertos para mi y los traspasaré, por lo menos allí no seré conocedor de tanta basura.

miércoles, 21 de enero de 2009

Antígona no existe


Un cobarde oculto bajo las sombras del orgullo
Una oruga que nunca pensaba en salir de su crisálida
y un futuro que acabaría por desquiciarlo aún más
Nada bien, no hay verdad, maldiciones por doquier
Aliméntate del excremento de los demás y luego escúpelo en sus caras
Intérnate en el laberinto de su mediocridad y juega con su ignorancia
Maldícelos, esclavízalos y mátalos, no te merecen
Húndete en tu ciénaga porque es tuya
Nada en tu miseria porque es tuya
Pero no juegues con tu vida porque ya es ajena a ti
Las llagas no sanarán, la pus es pestilente ¡oh las moscas!
¿Acaso la ruindad es tu destino?
¿Será que tu desobediencia es tu castigo como lo fue para Antígona?
Escápate, no te ahorques como ella
Buscad a Baco y confiésale tus penas, tal vez el vino las suprima
Tal vez una orgía de placeres termine por renovarte
Quizás Esquilo o Eurípides decidan jugar un rato más contigo...

domingo, 11 de enero de 2009

Mártires Invisibles


Muriendo de hambre, gritos mudos que se funden en un aire hirviente como el del infierno. Sus ropajes acentúan la asquerosa imagen de ese pedazo de carne informe y chamuscado, chamuscado como las almas infernales, porque ese es el verdadero infierno y no aquel que ha sido inventado para que dejemos a un lado la vida verdadera (la inmoral) y caigamos en el abismo putrefacto y tétrico de la moralidad, de esa moralidad que según Nietzsche niega la vida. Un profundo sentimiento de asco y aborrecimiento colma mi cerebro ante la inutilidad de los "grandes" y la ceguera del universo entero, una ceguera infundada los "grandes", por esas bestias macabras cuyo corazón está tan podre como su inútil cerebro que solo sirve para crear más mártires invisibles.

Ellos están allí aunque no los veas, lo sabes, pero sigues callado, perole temes a esas ratas infectadas de crueldad. Yo no usaré la venda que usan todos para aparentar una ceguera inexistente, los mártires sólo son invisibles cuando no los quieres ver.